Sumergirse en un país culturalmente distinto puede ser a veces complicado para un viajero vegano. Como viajeros nos enfrentamos a trabas con las que una persona con una alimentación omnívora y sin alergias no suele encontrarse…Pero no hay que preocuparse, viajar siendo vegano nos puede crear algunas dificultades, pero nada imposible 😉

Cuando viajas tienes que estar dispuesto y preparado para sobrevivir a los imprevistos. Ese es quizá uno de los encantos de viajar. Pero para evitar que uno de tus imprevistos sea estar 5 días sin comer, hay algunas pautas que se pueden tomar. Yo, después de mis últimos viajes, ya he trazado una serie de pasos a seguir para prevenir según que experiencias desagradables.

Viajar siendo vegano.

1. Planear el viaje es parte del viaje

Una parte importante, por no decir imprescindible, es saber qué es lo que queremos, qué es lo que esperamos y qué es lo que podemos abarcar durante el viaje, y a partir de ahí podemos buscar cómo facilitar nuestra experiencia como viajeros y como veganos.

Para mi hay tres pasos imprescindibles en la parte previa al viaje:

1. “¿Tendré acceso a Internet?” Si la respuesta es no, suelo descargarme el mapa de la ciudad mediante la opción que Google Maps ofrece. Sólo tendréis que acceder a la APP, clicar en Menú > Zona sin conexión. De esta manera podrás acceder a las rutas y calles sin la necesidad de acceso a Wifi. Qué os voy a decir, me ha salvado más de una vez de divagar sin rumbo.
2. Identificar qué puntos quieres visitar e investigar cómo llegar hasta ellos. Mira fotos para saber si te interesa, conoce las distancias y valora si merece la pena. No olvides consultar los precios y transportes. Todo eso te puede hacer descartar o incorporar una actividad a tu viaje. No pierdas el tiempo mientras viajas, sobre todo si tienes pocos días.
3. Descargar la APP Happy Cow (sí, ya sé que os he hablado de esta app miles de veces) y geolocalizar desde la tranquilidad de tu casa los restaurantes veganos que hay en la ciudad. Si hay muchos, elije los que sean más céntricos, tengan más encanto o bien estén más cerca de las zonas que me interese visitar. Yo, cuando ya tengo claro cuales me interesan, los marco en “favoritos” en Google Maps, para que durante el viaje y sin Internet pueda saber dónde se encuentran esos restaurantes.
   Pssst… Y no te olvides de consultar las opiniones de otros viajeros 😉

 

2. Preocúpate por conocer el país

Si vas a un país realmente desconocido para ti, curiosear las tradiciones así como los ingredientes regionales puede ahorrarte algún disgusto. Hay países que están mucho más puestos en el tema del veganismo/vegetarianismo o alimentación libre de alérgenos. Si te mueves por Alemania, algunas partes de España o Italia no tienes por qué tener problemas para comer, pero no todos los países Europeos o de fuera de Europa te lo pondrán fácil. Mirar los platos típicos que puedes comer o los que puedes veganizar fácilmente te ayudará.

Infórmate sobre si es un país rico en vegetales frescos o si su alimentación tiende a productos más procesados. Lo segundo quizá te ponga las cosas un poco más difíciles, pero no pierdas la esperanza. En Escocia, por ejemplo, es bastante común encontrar en cualquier supermercado productos etiquetados como “Apto para veganos”.

3. ¿Sabías que existen hoteles vegetarianos/veganos?

Alquilar un apartamento con tu propia cocina siempre es bastante práctico en este sentido, pero si vas a alojarte en medio de un desierto o en una reserva natural de algún lugar paradisíaco lo más normal será no encontrar un supermercado cerca, por lo que tener tu propia cocina no serviría de nada. Lo que puede ayudar (y mucho) en este sentido es alojarse en un hotel vegetariano, vegano o veganfriendly. Te sorprendería ver los lugares tan maravillosos que acogen este tipo de hoteles.

Para facilitarnos la tarea de búsqueda existe un buscador llamado VeggieHotels que cuenta con más de 500 hoteles veganos/vegetarianos por todo el mundo, por todo tipo de precios, en todo tipo de zonas y para todo tipo de gente.

(Además, también te ahorrarás tener que lidiar con cabezas de animales en paredes, butacas de cuero y demás)

Si no encuentras ningún hotel veg-etari-ano cerca, recuerda intentar solicitar a tu hotel un desayuno y comida especial. A veces hay suerte y consiguen productos especiales o platos especiales para ti. A mi me funcionó con el desayuno en el hotel de Lisboa.

4. Llevar algunos Snacks siempre es buena idea

Pongamos que no hay hoteles ni restaurantes veganos. Pongamos que en ese país las frutas y verduras no abundan y que los cereales son difíciles de conseguir. Tú solución tendrá que venir desde casa: frutos secos, frutas deshidratadas, barritas de cereales… En general cualquier alimento que soporte temperaturas extremas y mucho tiempo en tu mochila, y sobre todo que pueda concederte algo de tiempo ante las posibles adversidades.

Y sé de lo que hablo: cuando viajé a Milán invitada a unas conferencias que se realizaron el pasado mes de Diciembre, unas galletitas veganas y unas patatas encontradas a última hora me salvaron la noche.

5. La cosmética, mejor desde casa

Si lo de la comida se puede poner difícil, el tema de la cosmética ni te cuento. Es más que probable que los jabones, champúes y demás productos de cosmética que te encuentres en tu hotel contengan algún derivado de origen animal, por lo que es más fácil si te traes tus cosméticos desde casa. Lo mejor es utilizar cosmética solida, pero sino recuerda no pasarte de los 100 ml de líquido si vuelas 😉

6. Sobre tu compañero de viaje…

Las diferencias pueden crear muchos conflictos a lo largo del viaje. Se nos imponen situaciones extremas (cansancio, temperaturas…) que llevan al límite nuestras emociones y acrecentan aún más nuestras diferencias y pueden generar fuertes conflictos.

Hay que asegurarse de que hay puntos fundamentales compartidos: mismos gustos e intenciones y una forma de alimentación igual, parecida o respetada. Es evidente que tu compañero de viaje no tiene por qué ser idéntico a ti, pero si no se comparten puntos importantes al menos tenéis que ser personas abiertas a experiencias distintas.

Si uno de los dos es vegano o vegetariano, estaría bien que la otra persona sepa que eso puede modificar según que aspectos del viaje, como los restaurantes a visitar, por ejemplo. Si tu acompañante es muy cárnico y no quiere visitar restaurantes aptos para vegetarianos/veganos, podría generarse conflictos fuertes que podrían llegar a afectar a la amistad o relación fuera del viaje. No sería la primera vez ni la última.

 

7. Cuidado con los packs de actividades

Viajar a Tailandia y montar en elefante o hacer excursiones en camello por Marruecos son grandes reclamos turísticos que contribuyen con una clara explotación animal. Pero recordemos que los animales no deben ser una obligada diversión para nadie, y menos cuando son maltratados física y psicológicamente para ello.

A veces pueden prometernos que las rutas guiadas que nos venden incluyen visitas a animales en libertad pero al final no es así, y podemos ver como nos llevan a un zoológico, a subir a un carro de caballos, maltratan a un elefante para que sea sumiso ante nosotros o vemos como un camello exhausto es obligado a llevarnos a través de un desierto.

Informaros bien para que no os vendan un producto derivado de esclavitud anunciándolo como reservas naturales o santuarios. No hay nada más bonito que ver a los animales en libertad disfrutando de su vida. Si quieres tener contacto cercano con animales busca verdaderos Santuarios de animales que busquen voluntarios.